miércoles, 9 de septiembre de 2009

METAMORFOSIS DEL TIEMPO

SEPTIEMBRE 9 Miércoles


Envuelta en las blancas manos de unas nubes aborregadas y extensas la mañana no encuentra al sol. Quizá ha olvidado su cita, debe de pensar hoy un punto abatida y desalentada....

La arquitectura del cielo muestra una alta capa, acaso algo raída, de algodonosas y pequeñas acumulaciones de nubosidad que filtran la luz y hacen más agradable el camino, menos calurosas las arenas de la playa.

En la orilla solo hay un lamento apagado y casi en el olvido de un mar poco a poco relajándose y cada vez más tranquilo, un oleaje más lento, menos vivo.

Todo es facilidad para la marcha, bajo el fresco encuentro del levante, etéreo, mudable, hoy amanecido liviano y despacioso. La brisa es placentera y bien recibida por todos.

Es la hora del mediodía, y el mar azul levemente ceniza, parece ganar transparencia lentamente. Las aguas menos removidas por las olas, recuperan una presencia perdida, la sencilla dignidad de la belleza.

Hay una buena carga de trabajo, pero antes o después vamos labrando la huerta. Un poco por allí, esto de acá, y la veteranía de los años añadiendo certezas.

La tarde es lenta, ceremoniosa, llena de una magia distinta. Se pinta de azules, cremas, rosas, en los perfiles difusos de la nubes que acompañan sus horas.

Hay un horizonte de cromatismo impreciso, como un amarillo desvaído, que pudo ser al mismo tiempo sonrosado violeta.

Es una distancia iluminada a cada instante distinta.

Con el lápiz del humo de su chimenea un buque sobre esa coloreada página parece escribir una carta.




© Acuario 2009

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