domingo, 20 de septiembre de 2009

AEROSTASIA DEL TIEMPO

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La tarde se desvanece sin prisas en la iluminada sombra que precede a la noche. Las luces de la ciudad van despertando, con su inesperada presencia acuden a llenar de magia y miradas la densa oscuridad nocturna. En la bóveda negra y azul todavía, pocas estrellas proclaman el anochecer aproximándose. El día se va silenciosamente.

La mañana fue densa, mi ejercicio cotidiano paseando, el aire diáfano sobre una mar quieta, apenas alguna ola espumando la orilla, adormilada y detenida. A la vuelta, una sardina que le ofrezco a cada uno de los vecinos maulladores y callejeros. A Pitufa sobre todo le encantan.

Y como estaba programado y emplazado, a comprar un nuevo sofá. Pero no ha sido difícil, todo es decir que sí. Empezando por el aparcamiento que el propio establecimiento de muebles proporciona, y continuando por la relativamente escasa cantidad de clientes. Una atención rápida, y dejar decidir. Hasta mi compañera comenta lo fácil que ha sido, con un punto de sospecha hacia mí.

Como estamos de buen humor, buscamos un establecimiento de comidas, que dispone de buen pescado y una especialidad, caracoles bien picantes. Yo no soy adicto a ellos, pero hay quien sí. Tras sentarnos en una mesa la terraza se llena prontamente, la temperatura a la sombra es agradable, la calle es tranquila, no pasa un vehículo.

Volvemos a casa, ella satisfecha con su compra y yo felicitándome por dejarla decidir a su antojo. Realmente es lo más fácil, no tomar una decision sobre cosas que me son completamente indiferentes.

La siesta es una deliciosa manera de empezar la tarde. Tras ella, termino la biografía de Giulio Mazarino, escuchando música. Una ojeada al ordenador, al correo, medir algunos componentes electrónicos, leer algo la prensa.

El tiempo tranquilo y suave de la felicidad es un cascabel de plata sonando en el corazón.

A mi lado la noche asiente, como yo esta mañana lo hacía.
Empiezo a sospechar también de ella, ¿ qué es lo que realmente puede estar pensando ?




8 Marzo 2008
© Acuario 2009

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