lunes, 28 de septiembre de 2009

AEROSTASIA DEL TIEMPO

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Desde la noche, cuando a su inicio escribo, todo se puede reconsiderar pausadamente. Las horas del día, han dejado en la memoria su huella, distraidamente desde su tiempo calmo, sin apenas tensión, sin lucha, fluidas, como seda líquida flameando en el recuerdo. Cuando en mi juventud proyectaba un esquema de futuro, apuntaba a más altura, pero en este eon que construye y articula mi tiempo, gota a gota el infinito se deshace y resuelve en silenciosa sonrisa.

Lo cual no deja de sorprenderme, el pequeño mundo de afanes diarios, ( y felices ), la cotidianeidad desocupada de problemas, el tranquilo discurrir de las horas, situado entre percepciones distintas y distantes, entretenido en cada uno de los matices que conforman las relaciones humanas, son mil y un destellos de ese incesante rayo que es la realidad. Y tal como acude a mí, con medida en sus límites, colosal en su dimensión interna, con el tiempo contado, e ilimitada en su sentida emoción secreta.

Y asi una jornada más acaba, han concluido las pequeñas tareas, no hay otra cosa que acudir a uno mismo. ¿Volveré a articular preguntas, esquemas, palabras, direcciones, sentidos? Infiero más tropiezos para la arquitectura descabellada de una mente llena de razones, apoyada en silogismos cargados de duda. Prefiero continuar mi camino, desembarazado de mí mismo, lleno de luminoso vacío, bajo mi abierta apariencia que no oculto, llevando mis pasos hacia un silencio que todo lo explica.

Hace tiempo, mucho, supe que, sólo el que nos lleva al corazón, no hay otro camino.




25 Marzo 2008
© Acuario 2009




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