lunes, 21 de septiembre de 2009

AEROSTASIA DEL TIEMPO

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Sobre y bajo el terral, viento de tierra, se escribe este día, lleno de luz y abierto a la nueva primavera, caluroso, pero amable. Con una mañana limpia, sin nubes y el mar una extensión azul inmóvil, vibrante de vida, infinito dormido y quieto a estas primeras horas. Hay que comenzar ocupandose de las tareas, papeles, compras, pero siempre queda un hueco a media mañana para las aficiones, para admirar la tecnica y la arquitectura interna de esas pequeñas maravillas de la electrónica que me ofrecen un sonido cálido y suave, una musica natural y emocionante, llena de matices, asombrosamente luminosa, como el mediodia que refulge y centellea en la abierta bahía.

Tras un rato midiendo y calibrando con no pocos errores, consigo finalmente obtener unas cifras exactas de su vida útil, de su capacidad operativa. Y sin darme cuanta, llegó la hora de almorzar. Y tras esta, la siesta, breve pero gananciosa, una recuperacion plena de la lúcida capacidad de la conciencia, la memoria, una agradable preparacion para el trabajo de la tarde.

El parque se mece suavemente, los árboles ceden ante el viento sus copas, caen algunas ramas secas, algunas hojas. Las palomas bullen y rebuscan entretenidas. El camino se hace sin prisa, el aire primaveral es cálido a esa primera hora de la tarde, pero la sombra acompaña mi paseo. No obstante, el tráfico a esa hora es apresurado, todo el mundo quiere llegar a casa temprano, hay que cruzar con cuidado los semáforos.

Poco trabajo, pero entretenido, salgo no obstante temprano, la luz es plena todavía, un cielo completamente abierto, pálido azul, no hay una nube en todo el firmamento . Decido visitar a una amigo, que vive cerca de mi ruta de vuelta. Charlamos un poco de todo, como es hombre de ciertos posibles, recabo su opinion sobre los posibles acontecimientos económicos y el escenario que me describe, corrobora mis suposiciones. Me reafirmo en seguir en mi linea de conducta precavida, el tiempo dira, pero es mejor estar a recaudo de algunas posibilidades.

He hecho otro amigo más, un nuevo romano de pelaje dorado, que ha buscado refugio en unos jardines cercanos en mi barrio, es un bonito animal. Espero que sepa encontrar la manera de convivir inteligentemente con los humanos.

La noche cierra el capitulo del día, gozando del programa de radio reproducido con unas válvulas nuevas, de Copenague, año 1950. La noche también es melómana, y un punto audiófila, sonríe complacida, escuchando ella a su vez. Alguna estrella, pequeña en la infinita distancia, titila entusiasmada ella también ante Schubert, ante su universo de emoción apasionada.




11 Marzo 2008
© Acuario 2009

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