sábado, 5 de septiembre de 2009

AEROSTASIA DEL TIEMPO

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Una día lleno de medidas, corriente contínua, miliamperios, bias, y agujas que no remotan en su recorrido debido a problemas diversos.

Nada de eso parece percibirse en el amanecer nublado, rumoroso de viento y oleaje, al que el sol poco a poco va clareando, en ocasiones, mostrando su poderío entre los huecos de las nubes, proyectando sobre las aguas insólitas islas de luz, iluminando el mar de forma caprichosa y resplandeciente en sectores esplendorosos de líquidas estrellas.

A la playa además de los habituales viandantes, hoy se le ha sumado uno más, aunque no muy civilizadamente, el viento, empujando antojadizo las arenas, las palmeras, hasta las sombras parecen cimbrearse bajo su inmotivado empeño desordenado.

Pero la tarde, es un sinfín de cables, enormes aparatos de medida, polímetros, ajustes, mediciones, números, cálculos. Un amigo experto en el manejo de los mismos, profundo conocedor de los misterios de las radiaciones termoiónicas me asesora y enseña como medir la vida útil, el desgaste si lo tienen de las válvulas de vacío. Empiezo a maniobrar con cierta soltura dándole a las mandos, a los potenciómetros, a los botones de un testador americano de hace más de cincuenta años. Cómo lo he escondido en casa, es un misterio para mi mujer, asombrada al verlo salir de mis escondrijos, ya que por sus dimensiones semeja una maleta de cierto tamaño incluso. No hay problemas, una invitación generosa a comer resuelve sus reticencias.

La noche principia, el levante cede. Un paseo rápido por los aledaños y dos silbidos bastan para advertir a los escondidos felinos de que la hora de su cena ha llegado. Como me apetece andar un poco, el vacío paseo en sombras, me ofrece su brisa y su murmullo marino.

La bandera azul de la playa, exhausta, desmembrada, rota, sacude sus lamentables jirones desde el mástil.

No hay estrellas que puedan ver su vergonzante aspecto, me digo aliviado mientras recojo mi silencio y vuelvo con pausado andar sin prisa.




26 Enero 2008
© Acuario 2009

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