martes, 15 de septiembre de 2009

AEROSTASIA DEL TIEMPO

*


Sobre las aguas apagadas, descansando al fin, sin apenas olas, brillan las luces de las barcas que faenan. Hasta una docena, algunas solo a escasos doscientos metros de la playa. Su luminaria casi inmóvil, la opaca oscuridad rodeándolas, sorprende mi atención invariablemente. A su alrededor, los móviles y escasos reflejos en el mar, cercados por la húmeda negrura nocturna.

Son las postreras horas de la tarde anochecida. Mientras el ordenador se abre y habilita su capacidad operativa activando sus circuitos, observo este mediterraneo tenebroso y renegrido, buscando encontrar la senda adormecida por donde la noche camina, sigilosa y feliz, abierta a la incontable muchedumbre de rientes estrellas asomándose en silencio a curiosear desde su distancia infinita, alarde innumerable de un universo de incontenible impulso.

¿Como escoger una palabra, entre otras, para dejarlas al lado de lo inefable? ¿Para acercarnos al misterio inmediato y lejano que nos contiene, que nos rodea, del que somos parte ? Mientras lo intento, inadvertidamente toco la tecla incorrecta, y solo un trozo de mis palabras, que se van sin decir adiós, se envía por la red, ¿para bromear confundiéndome? Se diría que a nuestro lado los duendes juegan con nuestra falibe condicion humana.

Por un momento, hasta yo me he quedado sin saber por donde estarían las huidizas letras fugitivas, pero con una busqueda no demasiado larga las encuentro, me hago con ellas, las cazo de nuevo, y prosigo, como puede verse.

Mientras tanto, la mañana ha quedado olvidada. Atrás en el recuerdo, un amanecer con un velo cremoso, indefinible humedad que el sol transformó en delicado marfil sin límites. Un efímero regalo de apenas unas horas.

Hoy por fin, Aurora, la tortuga, quelonio parsimonioso, ha abandonado su ayuno invernal, inaugurando la primavera. Cuando le ofrecí un poco de trucha ahumada, en finas tiras, alargó su picuda boca para comerla sin prisa, se diria que casi sin hambre, y eso a pesar de que hace casi tres meses que no prueba bocado. ¿Como es capaz de saber que ha terminado el invierno, que los naranjos del jardincillo, han abierto sus flores, derramando la incomparable magia perfumada del azahar?.....




25 Febrero 2008
© Acuario 2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario