lunes, 14 de septiembre de 2009

AEROSTASIA DEL TIEMPO

*



El espacio de la mañana ya se anuncia, desde una nubosidad creciente, soportando la embestida del viento, plenamente animado y tormentoso.

Se vé aproximarse la borrasca en la lejanía. Sobre el horizonte, gris y turbio, la lluvia comienza a desdibujar los perfiles del mar y del oleaje, que recupera fuerzas, que se corona de espumas audaces.

Pero tengo tiempo, la lluvia no comienza a descargar sino al mediodía, la oigo golpear a rachas en los cristales de las ventanas, pintar de otros colores la calle y la terraza, dar un brillo nuevo y limpio al verde de las palmeras despeinadas por la ventisca.

Cuando la tarde comienza, el cielo revuelto ha detenido su descarga. Hace una fresca temperatura, que invita a caminar.

El puerto, silencioso, acepta las gotas blancas que forman en su superficie las bandadas de gaviotas.

Los gorriones cuando les dejo las migas de pan en los setos, apenas tardan en venir, alegres y felices, en su búsqueda.

Es una luz delicada y tenue, cuando termino el trabajo, la que persiste entre alguna gota que cae, a veces en tropel, para inmediatamente detenerse. Las caprichosas rachas de lluvia, juegan con el viento, luchan con el paraguas, queriendo voltearlo.

LLega una noche cargada de sombras, de humedad, de ventarrón ciego y asustado que corre sin rumbo.

No tenemos luna a la que poder dirigir una sonrisa. Mañana será otro día, u otra noche.




22 Febrero 2008
© Acuario 2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario