lunes, 14 de septiembre de 2009

AEROSTASIA DEL TIEMPO

*



Desde la distancia las nubes adquieren su dimensión más genuina, una suave constelación de grises. Alguna gota tardía y solitaria se deja caer jugando caprichosa. Aprovecha que el viandante ha cerrado el paraguas, para venir a bromear mojándole la nariz. ¿Somos lo que pensamos, o lo que hacemos?...

Las ideas que la mente puede remover y apilar, distintas, diversas, variadas, perspectivas desde todos los rincones oscuros o cerrados de la conciencia, ¿que valor tienen para definirnos?.

Pues como ando aparentemente escaso de respuestas, me quedo con la que recibió Moises, cuando no tenían nada que beber en el desierto del Sinaí: "Golpea la roca con el bastón", y al instante brotó el agua.
¿En que lado del camino, dónde hay que tocar milagrosamente para que se abra la roca de la realidad pura, y surja el agua a raudales, sin medida, sin límite?

El sabio corazón que calla, espera que reconozca en su silencio la solución.

Mientras tanto, al iniciar mi paseo, veo que la arena ha sido llevada de un lado a otro en la castigada playa. Un mar turbio y revuelto rumia y rezonga cansadamente. Con el oportuno silbido asoma feliz Piratilla, escondida en el habitual canal de desagüe que por estar cegado le ofrece un seco resguardo cuando llueve.
Con esto de comer, y esconderse y dormir todo el día, esta tomando un buen peso. Espero que por lo menos al recaudo de las sombras nocturnas se disponga a recorrer sus territorios y hacer algún ejercicio.

El barrio y el sol apenas se desperezan en este domingo. Ni aquel ni los vecinos encuentran apetecible la húmeda mañana gris. Así pues, hoy decido medir triodos, y me pongo a pelear con los artilugios y botones, casi cuatro horas. Una agotadora lucha, a la que sigue una siesta ligera, que no termina de dejarme bien amueblada la cabeza.

Malipiero, es el autor del siglo pasado que la radio ofrece, su musica de cámara, deliciosa, sutil, y quizá en ocasiones dolorida, un punto parecida a Stravinsky.

La noche hace su presentación serenamente. Mientras, el rumor del mar, va más relajado, ya sosegándose. Durante la jornada el oleaje ha ido descargando su enfurecida tensión inicial. Aunque las solitarias sombras sólo se acompañan de un medio cerrado firmamento, no se ven hoy estrellas.

Sin embargo en la lejanía, inmóviles, las luces de dos buques, se descubren, anaranjadas por la larga distancia.

En mis propias manos, cercanía y distancia conviven asimismo. Cuando pongo un compacto el vuelo aéreo del violin, me devuelve a mi mismo, y me responde donde hay que golpear la roca de las sombras, de la noche, y asimismo de la distancia.

En este anochecer duermen, haciéndose sutilmente próximas, todas las respuestas.




24 Febrero 2008
© Acuario 2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario