lunes, 7 de septiembre de 2009

METAMORFOSIS DEL TIEMPO

SEPTIEMBRE 7 Lunes


Con el seco y cristalino viento de tierra la madrugada se ha revestido de un pletórico manto de estrellas titilando, pero al amanecer, el levante trae de nuevo un generoso batiburrillo de nubosidad húmeda que se apodera del dorado crepúsculo en el que el sol reina solitario y radiante.

Al final me he hecho amigo de una paloma cojita, que acude confiada a las migas de pan que le ofrezco por la mañana, entre la hierba de los parterres. Procuro que caigan en su cercanía, habida cuenta de su dificultad para competir en el pequeño grupo de congéneres que inmisericordes la empujan. Poco a poco termina acercándose casi a mis pies, segura y contenta, mirándome con sus ojillos oscuros y llenos de vida.

El mar removido por el viento de levante, presenta un oleaje rotundo, lleno de blancas espumas, e incesante rumor. La playa casi vacía, solo algún bañista empecinado, insiste en su acuática afición. Por el camino de arenas, yo andando, los demás en su mayor parte corriendo, hasta que llego a mi destino final al otro lado de la concurrida avenida llena de incesante tráfico.

Con la hora del mediodía, el sol llena de luz un mar bañado en una difusa neblina. Miles de vivos reflejos parpadean sobre la inquieta superficie de las aguas.

Es ya comenzada la tarde, y reanudo las actividades laborales, con abundante trabajo, que aunque obliga a no perder puntada, me sumerge de nuevo en ese otro mar conocido y también agradable del ejercicio profesional.

El levante se aminora según pasan las horas del día. Cuando vuelvo de nuevo al ordenador, las olas tienen una languidez creciente, su rumor se oye más desmadejado cayendo exhausto en la orilla. Las aguas, de un azul cobalto metálico, esperan envueltas en los imprecisos perfiles de una escasa bruma, solo visible plenamente en la distancia.

La noche traviesa, se esconde en los bolsillos del tiempo.




© Acuario 2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario