miércoles, 19 de agosto de 2009

VARIACIONES SOBRE UN MISMO TEMA

Mi personaje necesita, en primer lugar un nombre. Un nombre que responda a su vida y a su mirada.

Pero, pensándolo bien, es difícil que sea el adecuado tanto para su infancia como para su momento presente.

Podemos suponer que nació en los años 60, en un barrio periférico de Madrid, hija de una familia de procedencia castellana, extremeña o andaluza; de aquellas que llegaron a la capital buscando el trabajo que no conseguían en sus ciudades de origen.

Tuvo varios hermanos varones y ella, la última en nacer, fue una muñeca para todos, padres y hermanos.

Su madre eligió el nombre, después de un sinnúmero de discusiones con su marido, que quería llamarle Mercedes, en recuerdo de la abuela paterna.

No. La niña se llamaría Susana como la actriz que tanto gustaba a la madre de la criatura. Era un nombre más moderno y, además, los chicos estaban de acuerdo.

Creció entre mimos, pataletas, regañinas (pocas) por hacer novillos (muchos) y la admiración de cuantos la conocían por ser la más guapa de la clase, de la pandilla, del barrio....

También se familiarizó con las peleas. Le gustaba sentirse dueña de voluntades y que sus admiradores demostraran hasta qué punto estaban dispuestos a llegar por conseguir su atención. En más de una ocasión, durante su adolescencia, los hermanos tuvieron que acudir a la enfermería para que les dieran unos cuantos puntos, por protegerla de algún pretendiente desairado.

Sin nada que hacer -nadie esperaba que hiciera otra cosa que ser guapa-, asistió al instituto unos cuantos años, porque era el lugar de encuentro con sus amigos. Después, cuando la mayoría de los alumnos era menor que ella, lo abandonó aburrida.


© Ofelia 2009

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