martes, 18 de agosto de 2009

METAMORFOSIS DEL TIEMPO


JUNIO 23 Martes




La primera hora de la tarde no es sino una iluminada marea, que inunda con acerado fulgor a la ciudad, sometida y abrumada por la potente y calurosa luminaria.

Tremolan desmedidos los clarines de la luz extremada y soberbia, precipitando sin indulgencia, desde un cielo inclemente y desnudo, la encendida e incuestionable justicia de la canícula del verano.

La humedad desdibuja el añil de sus alturas, y el firmamento sonríe pincelado desde un pálido azul.

La brisa marina es un suspiro que apenas consigue atemperar la arremetida del inexorable ardor solar.

Pura Andalucia, mediterránea.

He podido nadar ilimitadamente. Sobre el agua templada, densa. Verde asoleado, matices de cobre fenicio, hoy sutil opacidad en su cóncava humedad infinita.

La playa salpicada de colores ocasionados por los cada vez más numerosos bañistas y sus artilugios veraniegos, se adormece en el susurro de la escasa rompiente de las mínimas olas.

La orilla entregada al mar, al seductor murmullo del agua, juega con algún guijarro perdido entre la arena

Hay que poner en marcha las tareas, hay que ir a las cosas. La brega de existir la dejo a otros, no me digais porqué.

Prefiero la nada.






© Acuario 2009

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