Junio 22 Lunes
Cuando comienza el día, el mar y el cielo se funden en único, mágico y encendido abrazo de ilimitada luz malva y rosa. El firmamento delicadamente velado por una nubosidad irregular y difusa, se ilumina lento y adormecido todavía.
El alba con suave maestría ha pintado con total munificencia el amanecer con matices de seductora acuarela, y cede su pincel a las aguas engalanándolas con refulgentes e irreales, esplendorosos reflejos.
Mientras cumplo mi diaria tarea matutina de bajar los toldos, en la terraza, para mitigar la exaltada insolación diaria del verano, los gorriones cantan animosamente. Mezclan incesantes sus puntiformes trinos en las líneas melódicas y silbidos de los mirlos
El sol va y viene, se asoma y se vela, toda la mañana.
Una temperatura de suave tibieza el mar hoy ofrenda. El agua es de una cualidad más densa, clara todavía. Deben haber proliferado las microscopicas algas mínimas que le prestan más impulso a sus verdes enérgicos y diáfanos.
En el fondo arenoso y profundo los peces nadan con feliz y relajada parsimonia.
De blanco opalescente y nacarino el cielo al ángelus, al mediodía.
© Acuario 2009
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