sábado, 29 de agosto de 2009

Para hablar de amor

Para hablar de amor
han de coincidir
dos interlocutores,
preparados del
siguiente modo:

Tómese una jícara de ingenuidad,
un corazón,
preferiblemente nuevo;
unos ojos,
con las ventanas abiertas de par en par;
una piel sensible a la caricia
y unas manos deseosas de acariciar.

Si alguno de los corazones
hubiera sido maltratado,
será necesario previamente,
despojarlo con cuidado
de recuerdos y sinsabores
y esperar a que cicatricen las heridas.

Rocíense generosamente
con momentos de intimidad compartida
y déjense reposar
el tiempo imprescindible
para que se sientan
iguales o complementarios.


Para disfrutar en verano,
bastará como acompañamiento
la música que proporcionen los grillos.
En invierno,
el chisporroteo de la leña quemándose
será una guarnición adecuada.


© Ofelia 2009


1 comentario: