domingo, 30 de agosto de 2009

AEROSTASIA DEL TIEMPO

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El viento norte ha labrado minucioso, tenaz, con alma de artista, parsimonioso y ventisquero, un dia azul recién lavado, prístino, no hay una nube.

El firmamento acabado de pintar se recorta en el perfil verde limpio de los pinos, ( hoy al paisajista se le olvidó traer color blanco en la paleta ) . El sol cayendo a sus anchas compite térmicamente con la norteña brisa que se ocupa de refrescar el paso de los viandantes.

El sábado apenas consigue despertase.

Sin esfuerzos, pasa imperceptible el tiempo. La ducha diaria le devuelve a uno tras el paseo un gozoso bienestar.

Con una soberbia y demoledora claridad estalla el mediodía.

El almuerzo se cierra con algo de fruta y una copa de orujo, con matices amaderados.
Sestear sin límite mientras la tarde declina suavemente, ¿hay otro edén mas suave y amable que éste?

Cuando rehago mi atención y me despierto finalmente, sobre las aguas, miles de gotas blancas parecen haber caído de la bóveda celeste. El rápido paso de una moto de agua las devuelve en bandada al cielo. Las gaviotas vuelan en amplios círculos y se posan nuevamente en las aguas salpicando como blancas espumas inmóviles un mar quieto, sin olas, adormecido en una interminable siesta.

Entonando una canción, la noche acude, se le oye susurrar, silenciosa, una melodía llena de luz.






12 Enero 2008
© Acuario 2009

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