sábado, 17 de octubre de 2009

METAMORFOSIS DEL TIEMPO

OCTUBRE 17 Sábado


Luego de esgrimir una espátula de colores, - rojizos sutiles, leves amarillos y naranjas -, enfrascado en su juego pictórico con las inestables y movedizas nubes que la mañana trajo a un lado de la bahía, el sol ha abierto por completo el firmamento para solo él, único señor sobre el mar y el cielo.

Apenas como pueden escondidas, a uno y otro lado de la ensenada abierta al mediterráneo, sobre los montes que la enmarcan, han quedado unas resignadas nubes cremosas de perfiles imprecisos.

El viento de levante ha devuelto la vida a las aguas, el oleaje alegre y desordenado rezonga y reclama la orilla. El azul terminante del mar se inunda de miles de reflejos que palpitan, de líquido metal bullente. En las aguas hierven doradas estrellas de oro y plata que el sol regala.

Entre el calor y el animado aire, la playa se mece adormecida. Los bañistas se han diluido en el sueño de sus mentes, solo quedan sus cuerpos, toallas y sombrillas salpicando de color la arena calcinada de luz, la espaciosa ribera marina.

Del puerto sale primero despacio un crucero, una planeadora. Fuera ya de la dársena, a toda máquina. Con la velocidad adquirida eleva el casco sobre las aguas, y surca en un momento la bahía. Dejando atrás una curiosa bandera propia, negro arriba, blanco abajo. El blanco de la espuma de sus propulsores, y por la chimenea de sus motores una oscura fumarola.

Al principio de la tarde amaina el aire, torna a brisa ligera y amable. El rumor de la olas en la playa se hace más comedido, el sol concede sus cálidos favores y nadie logra recordar que el verano terminó ya hace tiempo. Las horas transcurren bajo una calma lenta, propicia, iluminada.

En un dorado ensueño declina lentamente la luz, el mar se agota, cede la aérea corriente que insuflaba empuje a sus olas y las aguas se calman. Algunos pescadores, - dicen que los peces con el levante entran y se acercan a la orilla -, han echado sus cañas, han lanzado sus sedales, a la espera, con atento y expectante mutismo.

Lentamente la mar con sus murmullos, con los ocultos perfiles de sus secretas voces va trasminando su silencio.




© Acuario 2009

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