viernes, 2 de octubre de 2009

AEROSTASIA DEL TIEMPO

*


Cuando el dia inicia su luminosa arquitectura, las noticias desde la pequeña radio siguen acompañando mi sueño. Con el transistor bajo la almohada no consigo seguir ni dos minutos despierto, el run run o el bla bla, me llevan de nuevo a conciliar el sueño inadvertidamente siempre. Pero sin más dilación, me levanto, enciendo el ordenador, me sirvo un poco de leche con algo para desayunar. A veces me entretengo leyendo la prensa mientras escribo, y entonces ahora sí, escucho la crónica radiofónica, pero solo por encima, si no hay sucesos importantes, la voz del locutor no enfatiza con determinación su discurso.

Hasta aquí llegué ayer escribiendo, una zancadilla en forma de llamada telefónica me ocupó el tiempo que había dispuesto para hacerlo.

¿ Como ha sido el día ? Pues la Pitufita diría que estupendo, con dos sardinas de regalo, que como sé que le gustan, al volver de la compra le he dejado. Les quito las cabezas, le dejo dos medias sardinas, dos generosas colas, que son las partes que mejor come, y las otras mitades Vicky las devora, cabeza incluida, salvaje que es.

En la lejanía deslumbrante de la mañana, en el mar, una bandada de velas latinas, pequeñas y blancas, manifiestan la presencia de una carrera de balandros. La playa se anima, hay ya cierto numero de bañistas, o mejor quizá decir que lo intentan, tras tomar el sol generoso y cálido.

Al levantarme de la siesta, un poco de té que concluye por despertarme y un paseo con King. La lectura de las memorias de Godoy que se extienden en narraciones sobre la Luisiana, y las tierras del Mississipi.

Y tras poco más, la noche hace su presencia, solitaria esta vez, sin saber que hacer con su tiempo. Ha dejado a las estrellas mirando por encima de las sombras, sobre la mar cadenciosa, brillando en el cielo nocturno de la ciudad animándose. Pero ella se queda adormecida acaso, enmudecida, ausente, esta vez y por hoy, sin palabras.




4 Abril 2008
© Acuario 2009

No hay comentarios:

Publicar un comentario