domingo, 4 de octubre de 2009

METAMORFOSIS DEL TIEMPO

OCTUBRE 3 Sábado noche


A la luna llena, mayestática, encaramada y solitaria en lo más alto del cielo, la noche no se atreve a ignorarla y vestir hoy también sus habituales lutos. Como sabe que en todo su esplendor la luna es poderosa y mágica, la noche se engalana y viste de azul, y convence al mar dormido para que se arrope él asimismo con un manto de asombroso, denso y enigmático azul profundo e insondable.

Andando a mi aire voy a dejarle a Piratilla algo de cena. Bajo la luz lenta e indescifrable el camino de la playa se llena de plata olvidada, difusa. Las palmeras derraman unas sombras apagadas y dormidas sobre las arenas. El mar se mece mientras, en lento murmurar tranquilo.

Siempre la gata me ve y reconoce de lejos. Viene en alegre carrerilla, surgiendo de su protectora oscuridad. Mientras come a intervalos vigilantes, mirando a un lado y otro, me quedo a su lado un rato. La línea del horizonte clarea levemente remarcándose en la distancia algo presumidilla.

¿ Se ha puesto brillo en los labios ?

Es simplemente el pálido reflejo en la atmósfera de las luces de la cercana costa de África, ocultas por la curvatura terrestre bajo la superficie de las aguas.

Adentrándose en mitad de la noche marina, sale del puerto un enorme crucero silenciosamente, transportando con lenta parsimonia sus miles de luces sobre su casco, derramando una lechosa claridad en las aguas que acuden de cerca a mirarlo.




© Acuario 2009

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