miércoles, 3 de marzo de 2010

METAMORFOSIS DEL TIEMPO

MARZO 3 Miércoles


No sabe hoy como nacer el día. A través del denso celaje de nubes, algunos pálidos cremas así como inciertos rosados tenues anhelan proclamar el alba. Las olas hoy más apaciguadas, remueven el mar lentamente, agitan su denso verde turbio, la orilla burbujea aún con espumas medio blancas y mitad ámbar velado y confuso.

Tras una ligera llovizna, el sol abre su luz espléndida, y bajo su alegre mirada inicio mi diaria caminata. Abastecidas ambas gatas, Vicky y Piratilla, y con la compra ya hecha, vengo de vuelta, apresurando el paso al ver que las nubes otra vez asoman oscuras y amenazantes por tierra, y casi llegando a mi casa comienza nuevamente a llover con cierta intensidad ahora.

Y así, sol saliendo y agua que cae luego, dos o tres veces toda la mañana. El mar reluce y se sombrea, se llena de destellos y de sombras de nuevo. El mediodía no sabe que ropa ponerse, o si debe o no llevarse el paraguas. Los gorriones trinan contentos, tanto si sale el sol como si luego hay ducha.

Un suave poniente retoza con la lluvia de la tarde, que cae apresurada cuando quiere. Cuando termino mi trabajo vuelvo caminando por las solitarias avenidas del parque, lleno de humedad, entre la vegetación pletórica y exuberante. Las gotas escriben cartas imposibles en los charcos, que el destino olvida de inmediato. Sobre el espejo del estanque la penumbra añade su desconocido misterio, mientras el silencio no logra decir nada.

Una luz verdosa y amarilla se sumerge en las opalescentes aguas marinas, la lluvia envuelve de bruma la distancia. Cuando la noche llega irreales asoman, en la confusa y lejana neblina, todas las remotas luces en lontananza

Sin caminos, aguardo. Sin deseos, espero. La oculta voz de tus palabras me ha fascinado. No ha sido un sueño.



© Acuario 2010

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