lunes, 10 de mayo de 2010

METAMORFOSIS DEL TIEMPO




















MAYO 10 Lunes


Las luminarias del día con su enarbolado incendio vienen inflamando a las obstinadas nubes. Su dulce gris el sol pese a todo transforma en destellos y fuegos, que caen pacíficamente sobre las quietas aguas. El silencio del alba se rompe en internas llamas, mientras la nubosidad se hace crema, azul vivo, pálidos amarillos que el horizonte reclama. La playa abre lentamente su ausencia callada, las arenas extienden su opaco cristal, su sílice y su pizarra, incansables, sin límites ni distancias.

Alguna gota caprichosa juega, el día se envuelve en una traviesa llovizna discontínua que no precisa paraguas. Las palmeras respiran agradecidas, nostálgicas bajo la luz pálida.

Hoy debajo de un banco, atenta a mi salida del portal, encuentro a Vicky, que festiva y alegre me saluda. La mañana es de fácil andar, fresca, impregnada del aroma de la tierra húmeda. El camino agradece la compañía de cualquier caminante, serpenteando a su albur siempre de la mano de la orilla. El mar llena de suaves grises sus rotundos azules.

Piratilla está algo asustada, una pala excavadora trabaja remodelando el sendero cerca de su madriguera. Se asoma un momento, y de nuevo busca el refugio de su guarida. Le dejo dentro la comida y le cambio el agua. Como veo anchoas a la venta, le dejo luego unas pocas, que come con menos miedo ya, sobre el alféizar del muro de piedra.

La línea de palmeras me permite andar menos espurreado, algo protegido bajo sus palmas de las escasas gotas de lluvia que siguen jugando y a veces cayendo livianas. El mediodía muestra una luz difusa, bajo las nubes tornadizas y blancas.

Sin bañistas, la playa, sólo tiene a la tarde a su lado siempre amiga. Una brisa del suroeste pasea sobre las aguas discreta y mesurada.

Terminado el trabajo, callejeo un rato hasta llegar al paseo del parque, y me sumerjo bajo el denso claroscuro de su arboleda. En la bahía la mar se muestra juiciosa y comedida, mientras el crepúsculo torna todo el cielo y el agua en un sólo gris que lentamente se apaga.

El tiempo, la noche, la vida, un solo camino que siempre ilumina nuestra esperanza.



© Acuario 2010

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