domingo, 4 de abril de 2010

METAMORFOSIS DEL TIEMPO


















ABRIL 4 Pascua. Domingo de Resurrección


Viajero en el tiempo, der wanderer über dem Nebelmeer, caminante sobre el mar de nubes, volátil equilibrio de calor y luz, el sol irrumpe gozoso sobre el extenso azul de un mar en perfecta calma, todavía lleno de perfiles de sombra y noche. La perspectiva del viento propone estrategias detenidas, ha olvidado los caminos, sobre la orilla de apagados susurros marinos no corre un soplo de brisa. La madrugada oscilando entre la oscuridad y la luz, diletante y única, ha colmado su grial de silencio y rocío con el sagrado vino astral del rayo solar que estalla incontenible e ilimitado.

Las gaviotas planean con sus inmóviles alas, y se alejan de nuevo arriba y abajo, emitiendo largos lamentos que oscilan y se pierden. Férreos, pero ilusorios e inexistentes, el oscuro calafate de acero, la mirada en la lejanía inaccesible, los buques intentan aprisionar al mar con sus anclas. Sobres las blancas sedas de algunas delgadas láminas nubosas el cielo rasga con azules heridas sus olvidados espacios de frialdad insólita. La mañana comienza, los gorriones se atreven a cantarlo, mientras los mirlos alcanzan las alturas de sus armonías contrapuestas.

De alguna manera algo tengo que ver conmigo, aunque todo me sea incomprensible, y viva carente de lucidez ante el silencio, la oscuridad, y tu ausencia. He abierto al infinito interior mi ofrenda, mientras el errático viento solar propulsa este asteroide inhabitable en la que mi soledad orbita. En definitiva, me pongo en marcha.

El cristal de la mañana relampaguea prístino en su tersa inapariencia, el calor va entibiando su fresca atmósfera, estimulante y viva. Con el simple caminar me parece recobrar el adecuado enfoque a las circunstancias, y en el áncora de la luz deslumbradora, bajo la inalcanzable cúpula del cielo, acompañado del leve respirar de la mar calmada, mis pasos van arbolando los puntales de una mente aún quizá dormida en el engaño de sus redes confusas. Con tantas invernales lluvias las arenas se han hecho dulce miel dorada.

La playa va recibiendo la alegre presencia de los entusiasmados bañistas, el mediodía luce sus galas únicas. Un levante ligero comienza, las verdes aguas se coronan de blancas espumas y la orilla se llena de rumor y brisa. El sol derrama líquidas estrellas que refulgen incesantes sobre la bahía.

Comienza la tarde, mientras voy haciendo copias de seguridad, y voy releyendo asombrado las joyas de tu fértil inteligencia, pero " el veneno de la ausencia no envaina su espada", y el paisaje de las horas se hace densidad sin fondo, sima sin cielo, fuego sin llama, clave sin cifra, poema sin voz ni palabra.

Con el crepusculo el viento va cesando, las espumas se hacen oro inquieto bajo el postrero sol que despide la tarde. Fractales espejos juegan ahora diseñando luces, la noche despacio va encendiendo estrellas y la ciudad farolas.

El mar gime y se queja, despliega sus voces en la orilla, su rumor lucha con las sombras que avanzan. Eres todo lo que soñé, y supe al fin que no eras un sueño, cuando ya sólo, sutil paradoja, soy efímero errabundo sin tiempo ni glosa.

La noche me regala su magnética certeza,.... ni el ojo vió, ni mente alguna imaginó... me dice: recuerda.




© Acuario 2010

3 comentarios:

  1. Toc,toc............permiso?
    Viento,caja penso que no la encontraria.....

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  2. HOLA PAKY,
    Bienvenida. Un afectuoso saludo

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  3. Gracias Viento....hacia mucho que no utilizaba este blog...pero llevo bastante tiempo leyendote...........espero no haber molestado a tu aiga con lo del otro dia.de todas formas me parecio muy lindo.......hablare con caja y haremos algun recreo desde aqui,espero no te moleste...un gran abrazo

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