lunes, 30 de noviembre de 2009

METAMORFOSIS DEL TIEMPO

NOVIEMBRE 30 Lunes


Con una inusitada transparencia el aire renovado tras la lluvia hoy llega incontenible, gélido, norte y frío. No hay apenas una nube, al horizonte sin ningún esfuerzo el sol hace suyo. En su cercanía sólo tres escasos nimbos incendiados y amarillos, sus trazos se rompen iluminados como aparentes llamas aéreas. El mar es de un fresco cobalto oscuro estremecido, sin olas. La orilla se ha callado, la arena aún húmeda y oscura está vacía.

A pesar del sol, completo, limpio, abierto, el ventarrón helado deja aterido a cualquiera que asome la nariz por la calle, entre los que necesariamente me incluyo, hoy armado hasta de una bufanda. Las palmeras muestran con el agua ayer caída un aspecto renovado, de nuevo verde decidido. Algunos charcos permanecen por el camino, ya éste sin apenas cieno y barro.

El cielo ostenta un azul lleno, diamantino, magnético, casi añil, profundo, insondable. Andando al sol, ejercicio y cálida luz solar, intento así una buena combinación para combatir la escasa temperatura de la mañana. En la playa la gata espera su comida con incrementado apetito, sin llamarla sale casi de inmediato nada más llegar a su escondrijo.

Hacia el mediodía el viento sigue escribiendo evanescentes escalofríos sobre la superficie del agua, mutándola con diversos matices cromáticos. Algunas nubes han venido, bajo su sombra el mar gana densidad azul oscura, al sol destaca con un verdoso ámbar vivo.

La tarde es soleada, en las manos de un apenas medio detenido viento, que mece y cimbrea las copas de la arboleda del parque, que despierta a cualquiera que deambule un tanto adormecido. Cuando termino el trabajo, en un cielo aún bien iluminado una luna impaciente, casi completa, redonda, me espera sonriente a la salida.

Sobre el firmamento, lleno de arrebolado rosa por el frío, unas escasas nubes pasan dejando el suave gris azulado de sus perfiles de imposibles sueños.

Poco a poco se abre la noche hoy constelada, sobreabundando de luceros temblorosos, de estrellas agitadas, casi tiritando algunas por olvidar en casa su abrigo.




© Acuario 2009


No hay comentarios:

Publicar un comentario