Toda la noche la lluvia golpeando los cristales, el huracán silbando, llevando de un lado a otro sus siseos y sus incesantes lamentos en atormentada lucha contra todo, las palmeras malheridas y zarandeadas ante la fuerza de su aluvión de ciega desesperación inútil. La aturdida madrugada en sombras, con todo el fragor de la rompiente rugiendo en la orilla. La mayor tormenta del invierno ha llegado.
Torpemente amanece, bajo una luz gris y débil, indecisa e inútil. El mar totalmente hirviendo de enojo, con un turbio y terroso verde, sucio de amarillentas espumas, asaltando decidido la indefensa arena, llevando su amenaza hasta límites nunca alcanzados en la playa, mientras la persistente tromba atrapa y cierra en redes cenizas todas las distancias, en tanto que el horizonte huye abrumado y enloquecido. El vendaval todo lo empuja, todo lo golpea, todo lo injuria.
Aprovecho para salir una medio tregua, casi sin poder abrir el paraguas debido al ventarrón, bajo una irregular llovizna. Agua por todos lados, charcos, humedad, lluvia, salitre que avanza en miles de gotas mínimas suspendidas como fina niebla debido al batallar de las olas en la rompiente clamorosa. El camino apenas transitado, mientras la bufanda varias veces casi se me vuela. He de confesarlo, disfruto con esta salvajada de día, ni yo entiendo porqué me gusta este desastre y cataclismo. Las gafas se me llenan de sal, la arena revolotea, las palmeras no saben donde esconderse, la bahía en torpe ebullición de olas y espumas. Pero Piratilla sale de su habitáculo y se pone a comer tan tranquila, no es la primera tormenta que ha visto, incluso alguna hubo que
Torpemente amanece, bajo una luz gris y débil, indecisa e inútil. El mar totalmente hirviendo de enojo, con un turbio y terroso verde, sucio de amarillentas espumas, asaltando decidido la indefensa arena, llevando su amenaza hasta límites nunca alcanzados en la playa, mientras la persistente tromba atrapa y cierra en redes cenizas todas las distancias, en tanto que el horizonte huye abrumado y enloquecido. El vendaval todo lo empuja, todo lo golpea, todo lo injuria.
Aprovecho para salir una medio tregua, casi sin poder abrir el paraguas debido al ventarrón, bajo una irregular llovizna. Agua por todos lados, charcos, humedad, lluvia, salitre que avanza en miles de gotas mínimas suspendidas como fina niebla debido al batallar de las olas en la rompiente clamorosa. El camino apenas transitado, mientras la bufanda varias veces casi se me vuela. He de confesarlo, disfruto con esta salvajada de día, ni yo entiendo porqué me gusta este desastre y cataclismo. Las gafas se me llenan de sal, la arena revolotea, las palmeras no saben donde esconderse, la bahía en torpe ebullición de olas y espumas. Pero Piratilla sale de su habitáculo y se pone a comer tan tranquila, no es la primera tormenta que ha visto, incluso alguna hubo que
logró llevar hasta casi su escondrijo las aguas marinas descalabradas y oscuras.
Con el mediodía la precipitación y catarata desde el negro cielo se reanuda, apenas hay visibilidad bajo la cortina de agua. Todo es uno y gris, mar y diluvio, no hay horizonte, sólo las gaviotas planean indiferentes a todo, mientras se deslizan en las corrientes de aire en danzas asombrosas que las elevan, o de izquierda a derecha de un lado a otro con ellas juegan.
Acudir al trabajo tiene algo de huida. Aún lleno de ocupaciones, en las tareas obtengo un benévolo oasis pacífico y tranquilo. Cuando termino la tarde presenta el mismo lamentable aspecto de frío, chubasco y grisura. Desde la atalaya de mi perspectiva ya en casa, tras los cristales continuamente zaheridos por la lluvia, veo un mar cansado y agobiado, ansioso, desesperado, todo dolor y furia. El levante sopla, vengativo, ciego, demencial. Un campo de batalla abandonado, solitario, húmedo, oscuro es ahora la playa.
La noche llega, ocultando todo el espectáculo de adversidad de la bahía, sólo las espumas aparecen y reaparecen luchando fieramente por no ahogarse en la orilla.
© Acuario 2010
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
AFECTUOSAMENTE:
AL VENT DEL MON
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CABALLO, LA CONQUISTA DE AMERICA CRISOL Y EL DE CREPUSCULO.
José
ramón...
Bienvenido al SUR, a este mar romano y fenicio, griego, ancestral, único.
ResponderEliminarEstás en tu casa, JOSÉ RAMÓN, amigo.