de cárdeno deliro y las infinitas olas
se escinden en palpitantes espumas
llenas de rumor y brisa.
La noche presentida se desdobla oculta
en su anhelo de luz imposible y eterna sombra.
Desde su inversa distancia el mundo nos acecha
en confusa ignorancia silenciosa.
A nuestro alrededor crecen
La noche presentida se desdobla oculta
en su anhelo de luz imposible y eterna sombra.
Desde su inversa distancia el mundo nos acecha
en confusa ignorancia silenciosa.
A nuestro alrededor crecen
oblicuas certidumbres que nada esperan
extensiones sin límites de hirviente indiferencia.
En tí y en mí
ya todo es insoluble defección que nos acerca
inesperada anagnórisis que se abre desde el perfil de tu boca
hacia mi secreta sed buscando
las perfectas aguas a la humana mirada encubiertas.
Lo cercano y lo más último se encuentran
en el mismo reservado estremecimiento
de tu voz, en la inflexión modulada y discreta
de tu interno idioma.
En tí respira la incesante fuerza del mundo
palpitante de sombras y pletórico de deseos.
En tu corazón escrita está la impenetrable senda
Y mi estruendo se hace arpegio sólo para tus manos
desde su obtusa trabazón se transmutan
Antes o ahora todo ya era tuyo
tu signo era mi orbe único
y ya sólo aguardas la fragancia de otros sueños
la inasible transparencia que relampagea
desde mi enigma en silencio.
extensiones sin límites de hirviente indiferencia.
En tí y en mí
ya todo es insoluble defección que nos acerca
inesperada anagnórisis que se abre desde el perfil de tu boca
hacia mi secreta sed buscando
las perfectas aguas a la humana mirada encubiertas.
Lo cercano y lo más último se encuentran
en el mismo reservado estremecimiento
de tu voz, en la inflexión modulada y discreta
de tu interno idioma.
En tí respira la incesante fuerza del mundo
palpitante de sombras y pletórico de deseos.
En tu corazón escrita está la impenetrable senda
del alba del primer día
la cifra que abre y ocluye su prístino vergel y su misterio.
Y mi estruendo se hace arpegio sólo para tus manos
desde su obtusa trabazón se transmutan
en suaves acordes los disformes anhelos.
Antes o ahora todo ya era tuyo
tu signo era mi orbe único
y ya sólo aguardas la fragancia de otros sueños
la inasible transparencia que relampagea
desde mi enigma en silencio.
© Acuario 2010
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