


líquido céfiro
enlazando instantes de dicha
se diluye ligero
iluminado y aéreo.
Así vuela tu voz.
Rutilantes destellos
la alegría de tus sueños.
Así juega tu risa.
En el dormido mar del corazón
blanco nácar de espumas dejas.
Así pasa la tarde.
Y fascinado y perplejo
el tiempo
se olvida de serlo.
© Acuario 2010
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