IN TE DOMINE SPERAVI
Desde un cielo sin estancias
se abaten en tenue azul celestes olas
suave delirio que el poniente dispersa
sobre los fugaces espacios de la tarde
mientras lentamente me voy alejando sin recuerdos.
El imposible ha dispuesto sus trayectorias
y me golpea con su impenetrable sello
cercando en confuso desánimo mi aliento
que sueña infinitos firmamentos de ternura inalcanzable
la íntima caricia sencilla
del inaccesible rumor de la mar y su misterio.
En la precisa filigrana suspendida de las nubes /
se abren los albores que anuncian la noche constelada y excelsa /
mientras busco la calma de la ausencia, /
la ignorancia y sus extensiones encubiertas. /
Demiurgo de mí mismo porfiado soporto
el insondable silencio y sus distancias
la oculta desolación que sin pausa me calcina.
Vulnerable pero impávido
afronto la trayectoria de los días cercados y superpuestos,
en el surco estéril y reseco de mis pasos
se agolpan todas las insostenibles arquitecturas del absurdo.
Vertebrado por la luz de la lealtad indeclinable
perpetro de mis ancestrales sombras la constante apostasía
mi destino se alza sobre las ruinas del encono
mi libertad refulge al trascender mi olvido.
¿Quién eres tú que dominas mis ensueños?
Con luminoso asalto me esclareces y acometes
y luego te evaporas fugaz y esquiva.
La noche alumbra en ilimitada dimensión sus astros y cometas, /
en la fulgurante simiente de su estelar universo /
se cimentó tu alma rumorosa e inefable /
la cálida sangre que en ti palpita.
mientras lentamente me voy alejando sin recuerdos.
El imposible ha dispuesto sus trayectorias
y me golpea con su impenetrable sello
cercando en confuso desánimo mi aliento
que sueña infinitos firmamentos de ternura inalcanzable
la íntima caricia sencilla
del inaccesible rumor de la mar y su misterio.
En la precisa filigrana suspendida de las nubes /
se abren los albores que anuncian la noche constelada y excelsa /
mientras busco la calma de la ausencia, /
la ignorancia y sus extensiones encubiertas. /
Demiurgo de mí mismo porfiado soporto
el insondable silencio y sus distancias
la oculta desolación que sin pausa me calcina.
Vulnerable pero impávido
afronto la trayectoria de los días cercados y superpuestos,
en el surco estéril y reseco de mis pasos
se agolpan todas las insostenibles arquitecturas del absurdo.
Vertebrado por la luz de la lealtad indeclinable
perpetro de mis ancestrales sombras la constante apostasía
mi destino se alza sobre las ruinas del encono
mi libertad refulge al trascender mi olvido.
¿Quién eres tú que dominas mis ensueños?
Con luminoso asalto me esclareces y acometes
y luego te evaporas fugaz y esquiva.
La noche alumbra en ilimitada dimensión sus astros y cometas, /
en la fulgurante simiente de su estelar universo /
se cimentó tu alma rumorosa e inefable /
la cálida sangre que en ti palpita.
© Acuario 2010
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