


Roto laberinto del corazón en sombras,
el viento del sur aligera en su vuelo y su maleza
la densa fragosidad de tu predio omitido,
excluido vergel que pudo serlo, jardín ya sin nombre
seco albedrío que nada aguarda.
Mientras florecen
aún abatidas y opacas en delirante arquitectura las palabras
encubriendo el vencido arcoris
de los sueños que lentamente
el viento del sur aligera en su vuelo y su maleza
la densa fragosidad de tu predio omitido,
excluido vergel que pudo serlo, jardín ya sin nombre
seco albedrío que nada aguarda.
Mientras florecen
aún abatidas y opacas en delirante arquitectura las palabras
encubriendo el vencido arcoris
de los sueños que lentamente
se alejan y apagan
El lento fluir infinito del tiempo contempla todos los enigmas
y envuelve en cercanía y distancias
El lento fluir infinito del tiempo contempla todos los enigmas
y envuelve en cercanía y distancias
la luz frágil que balbucea luchando
sin lograr
sin lograr
el oscuro espectáculo de un imposible lamento cerrado.
No busca otro crepúsculo la tarde
ni despliega el mar otro color para sus olas,
llama que en sí misma revive
oculto se abre su rayo en incesante espacio,
fénix invisible lo fulgura y arrebata.
Cuando llega la noche de misterio y nostalgia,
ilimitado y único
la orilla encuentra tan sólo
al vacío innumerable de la playa.
© Acuario 2010
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