viernes, 4 de junio de 2010

CRIPTOGRAMA DEL SILENCIO






JUNIO 4 Viernes


No es el poeta el que debe hablar en el poema, sino la imagen que el poeta debe hacer perceptible con palabras. Esta es la concepción japònesa y oriental de un poema. Así como ellos, si algo valioso pueden llevar mis palabras, sólo lo serán si transmiten el substrato que ocultan tras su silencio.

Ausente de todo curso ideativo mientras camino, primero por las calles medio peatonales de la ciudad, luego a traves de la larga avenida que discurre bajo la arboleda del parque, hoy llevaba sin embargo enredadas estas palabras antedichas. Iba observando la floración exuberante de algunos arboles, que el viento de levante ayer agitaba. Por los caminos de tierra las flores caídas donaban su violeta soberbio, mientras algunas más seguían cayendo lentamente.

¿Cómo alcanzar la suave serenidad de esas flores indiferentes? Nada les importaba, su destino era darse. Surco que se abre, y la vista atrás no vuelve. Cargamos con todos nuestros afanes, cuando todo en la naturaleza es una eterna canción silenciosa, ausente a su sino, en total lejanía y descuido.

He tomado conmigo esas sabias advertencias calladas, la tarde ha sido benevolente. Secular inteligencia que a nuestro alrededor encontramos, que sin palabras nos habla.

Hasta nosotros llega siempre el suave perfume de la sabiduría sencilla de tantas cosas que nada piden, que nada requieren.



© Acuario 2010

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