Iluminado silencio expectante me habita oculto
mientras las horas de la tarde se extienden sin proyecto ni destino.
mientras las horas de la tarde se extienden sin proyecto ni destino.
¿Donde reposar de mi sombra fugitivo?
La más honda sed de imposibles invade inútilmente
el cristal de la brisa en invisible vuelo inaudito.
Frente a mi propia ausencia inevitable
construyo mi artificio.
Nunca buscaré el sueño que ayer tuve
ni alzaré los fragmentos de mi copa que es ya cáliz.
Escindo la palabra y en ella escancio
la evocación de aquel futuro
que me invade incontinente en pulso dormido y oblicuo.
Mi lamento se ha secado con estrépito clandestino
no hay imagen de mí que expolie
el inmóvil azogue diacrónico sin final ni principio.
Nada me retiene, nada me retuvo
quise alentar el excelso vigor de tu verbo
pero quedé atrapado en el imán y esplendor de su fuego,
en su libérrimo infinito.
Nada me retiene, nada me retuvo
quise alentar el excelso vigor de tu verbo
pero quedé atrapado en el imán y esplendor de su fuego,
en su libérrimo infinito.
La noche se inicia soñando azules y luceros
y ofrenda al mar el líquido enigma de sus primeros brillos.
¿Dónde olvidar que soy de mi sombra fugitivo?
© Acuario 2010
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