domingo, 28 de agosto de 2011

CRIPTOGRAMA DE LA PALABRA

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Duerme la simiente
el corazón su ilimitada esperanza aguarda,
permanece invisible la obra
mi secreto sella sigiloso todas mis palabras,
en el dintel de la incesante dicha
quedó la luz de mi llamada.

Cesarán los espacios de oscuridad y sombras
y con el alma iluminada de alegría
tus manos se abrirán
al inconmensurable goce,
a la plenitud del pasado
en el esplendor y la belleza
de un inimaginable tiempo nuevo
al que ninguna mente humana alcanza.

Me debo ya a mi silencio
a mi indescifrable paz iluminada,
en tu deslumbrante y aurífero
íntimo jardín discreto
tu lenguaje de fuego se ha transmutado feliz
en grandioso
formidable sol de vida.





© Acuario 2011

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