miércoles, 20 de octubre de 2010

CRIPTOGRAMA DE LA PALABRA




Tal vez debería escribir sin palabras
y olvidar la única verdad que desnuda mis ideas,
desvanecidas todas
ante la adolescente belleza que ostentas
llena de madurez intencionada y seductora
al calor de la mañana en la orilla sin olas
mientras nadaba
en el líquido cristal silencioso de la mar callada.

Tal vez sea anacrónico espejismo
la única dirección cada día más sepultada en dudas
que se agolpa en mis monólogos y ocupa
mi evasiva fugacidad y mis soledades,
que magnética e indefectible traza en mi mente
su oceáno de dilemas siempre inevitable y distinto.

( A merced del oculto vendaval
que inunda mi silencio
quizá únicamente
sea explícita falsedad yo mismo. )

Inaccesible ya el tiempo tras la sombra de mis pasos
abandono mi canto ya desvanecido
en busca de la única voz
que sobre mi gélida desesperanza surge incontenible
y llena mi sed y mi tránsito con fulgor cristalino.

Pues bajo mis pies sólo el abismo
ni un palmo de tierra
en que asentar mi inestable equilibrio
ni una teja que cubra la cabeza
bajo el torbellino de estrellas de la noche,
apenas un iluminado instante del corazón infinito.





© Acuario 2010


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