

trasfigurando tu belleza...,
discúlpame que no crea en ella.
Sobre tus pintados labios rutilan múltiples destellos..,
discúlpame que no me detenga.
Pasas envuelta en un inexplicable
súbito y majestuoso silencio
que hace callar a la ciudad ruidosa y bullanguera,
mientras intento como puedo
superar el invisible y titánico obstáculo
de continuar caminando
pese a que mis pasos se derrumben
y no me obedezcan.
Dispénsame que no pueda impedir
que el tiempo tampoco se detenga.
También a él quizá
de continuar caminando
pese a que mis pasos se derrumben
y no me obedezcan.
Dispénsame que no pueda impedir
que el tiempo tampoco se detenga.
También a él quizá
le es difícil creer en tu existencia.
© Acuario 2010
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