En ningún lugar encuentra
su torrente de espacios y mágicos intervalos
no hay dimensión que abra la radiante seda de los abiertos cielos
ni caminos que dibujen todos los universos del deseo.
La tierra gime agostada bajo el sol inexorable
hasta que la noche vencedora ilumina con sus sueños
la irreal distancia de las abrasadas calles vacías e infinitas
respirando en la oscura soledad de una madrugada
donde se detiene adormecido el tiempo.
Nada explican unos pasos que se alejan
mientras el agua de la fuente gotea sus recuerdos,
apenas una luz mecida en las sombras..,
calla hasta el silencio.
Hasta que de nuevo rompen reiteradas el bronce
líquido y ámbar
ni caminos que dibujen todos los universos del deseo.
La tierra gime agostada bajo el sol inexorable
hasta que la noche vencedora ilumina con sus sueños
la irreal distancia de las abrasadas calles vacías e infinitas
respirando en la oscura soledad de una madrugada
donde se detiene adormecido el tiempo.
Nada explican unos pasos que se alejan
mientras el agua de la fuente gotea sus recuerdos,
apenas una luz mecida en las sombras..,
calla hasta el silencio.
Hasta que de nuevo rompen reiteradas el bronce
líquido y ámbar
de las espumas hirvientes como tañidos ocultos
las olas potentes y enérgicas
insistiendo
las olas potentes y enérgicas
insistiendo
en ambiguo desafío que proclama todos los nombres
que contiene todas las voces atávicas
y susurra todos los secretos.
Aunque el tuyo nunca lo encuentro..,
mientras lo busco por una orilla fragante de mar
que incansable me llama..,
que contiene todas las voces atávicas
y susurra todos los secretos.
Aunque el tuyo nunca lo encuentro..,
mientras lo busco por una orilla fragante de mar
que incansable me llama..,
con un nombre nuevo.
© Acuario 2010
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