
logras alcanzar la desolación que me precede
y la sombra de mi vacío
revela su tonalidad desconcertada.
Exhalas sobre mis agotados sueños
el incorpóreo furor que en tí eclosiona su oleaje,
y a veces, sólo a veces,
creo alcanzar con mis manos
la mágica transparencia que te envuelve.
Nunca,
es cierto ya nunca
ha de tomar la impaciencia
el asalto de mis ideas,
acumulando todas ellas olvido y paradojas
o quizá esquivas ironías.
Nunca,
así me lo predice la ignorancia
que ha hecho de mí su bóveda y su enseña,
nunca tendré suficientes deseos
para resolver el viaducto de la vida.
¡ Pero es la tarde tan hermosa y ajena
en su silencio de sencilla grandeza !..,
una a una
amorosamente
mis palabras transmuta..,
en esclarecido y vacuo rayo
en cristalina nada que no cesa.
© Acuario 2010
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