lunes, 1 de noviembre de 2010

CRIPTOGRAMA DE LA PALABRA




Errático vendaval invisible
estremece febril mi apremiante silencio,
navegante sobre la nada
virulento concito mi propio olvido
invertebrado grial mi naturaleza recaba.

Cada hora, cada instante
es sólo un amotinado clamor que me calcina
asisto en creciente desconcierto
al grito inextingible y turbulento
fragor oculto que recorre mi sangre y me encara.

Abrazado a mi imposible
anhelo torpemente un epílogo de ataraxia
asomado al misterio que se derrama inútil,
insistente y desolado
creciente y ansioso el camino del deseo
con terca tenacidad se alza.

Nada detiene mi expectante confusión,
en algún lugar se enajenaron mis olvidadas ideas
inaplazable al más postergado extravío
desatinado epítome de mi existencia.

Solapo hábilmente el vacío que me consume
adicto al silencio cotidiano y expansivo
intento no dejar atrás apenas nada
ni tan siquiera la incógnita
azorada e inasible de mis palabras.





© Acuario 2010

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