CRIPTOGRAMA DE LA PALABRA

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En evocación incesante de tu arrebatado fulgor
el tiempo ignora sus lindes y resurge infinito y pequeño
inundando de asombro mi recuerdo
y sobre la incógnita extensión azul del cielo
desbocando imprevistos corceles de dicha.

¿Quién eres?
Y mi pregunta se desdobla en alados ecos
que ascienden sobre vértices inestables,
sobre sueños caprichosos y volanderos,
sobre fantásticos juegos de espejos.

Respirando tus espacios volví a la vida,
de las manos de tu verbo
se hizo enigma y transparencia mi camino,
leí mi oculto destino en el signo de tu estrella
y abriendo el corazón al ritmo de tus sueños
recobró el impacto agitado de su latido

mi yacente sangre adormecida.

Arroja por fin el buril afilado de tu ausencia
no precisa más impulso
el sortilegio de tu silencio
ni puede ser más imposible y secreta
la belleza que trasminas.

En frondosas alamedas de brisa
la tarde te espera rumorosa
meciendo en amable ensueño
el triunfo de la amistad
la victoria de la alegría.

© Acuario 2011