.
Apenas en soledad inhabitable
convivo con este lacerante silencio u oculto grito
que sólo responde a tu nombre
como único eco místico,
pánico invisible desde un tiempo de alas agotadas
destello final que atesoro como último sueño
como arpegio que se disuelve en el recuerdo
divina quimera o hipnótico espejismo.
He de llamarla mi vida aunque ausente
de fuego, pulsión o latido
meandros de lánguida dilación es mi curso
el destino se hizo carcinoma y delirio.
Compañera y esposa hasta hoy,
no sé más cuanto,
aguardo en plena ignorancia un horizonte sin líneas,
ilimitada extensión de mi duda,
dilema sin anhelos ni proyectos
es ahora mi presente y mi designio.
© Acuario 2012
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Hermoso paraje.
ResponderEliminar¡Bellísimo poema".Silencio, ausencia... y aprender a vivir "sin fuego,pulsión o latido".
ResponderEliminarVoy paseando por tus páginas y disfrutando de la lectura.
Saludos.
Lena Romero