Indiferente avería
abre sus alas de obligado mutismo
émula alocución nacida
frente a su cercado destino.
Un vértice más declina
mudo atabal que asola lesivo
su opuesta exégesis,
aberrante jerga y locutorio ilícito.
Amargo sigilo
renueva incesante y subvierte
inacabable peristilo.
Enfrentado infecundo
al recinto infiel de mis días,
anómala incuria
incontinente delirio.
De otra o ninguna manera
glosa indecisa desoye
adagio y término adicto.
Abraza así hoy
dócil y lúcido
flor de noche y fragancia
el suave vacío.
© Acuario 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario